Lo de Harvard no fue una conferencia más. Es cierto, las preguntas brillaron por su
sencillez y su provocación, pero lograron su cometido, y pusieron en evidencia
los baches y los puntos débiles de una gestión herida. El afán de la presidenta
por tener todo bajo control fracasó, las preguntas de los estudiantes no las pudo
controlar ni prever. Hace poco con la
advertencia a sus funcionarios de que deben tenerle un poco de miedo, su obsesión con los medios de comunicación, su
voluntad por opinar sobre todo y tener una explicación para todo conforma
elementos de una presidenta impiadosa e impulsiva. Harvard fue testigo privilegiado de todo eso. Cristina sabia el costo de someterse a tal
interrogatorio, pero su deseo de demostrar sus cualidades de oratoria y de “profesora
de economía y política internacional” en la universidad mas prestigiosa del
mundo fue mucho mas fuerte.
Se confió y ella mismo reconoció que se vio sorprendida por
la cantidad de preguntas relacionadas a su escaso dialogo con el periodismo. Y en que momento vienen estas preguntas,
sumado a la irreparable frase sobre La Matanza que retumbó en los títulos de
los portales de noticias de acá y del mundo, en un clima sumamente
desfavorable. Los sectores medios y altos saliendo a la calle es un hecho que
preocupa pero que puede soportarse, pero lo que debería alarmarlos es que hay
un gran sector de la sociedad, que no pertenecen a estas clases y que muchos de
ellos si votaron a cristina en octubre y están observando expectantes pero con
disgusto las recientes apariciones de Cristina, esto sumado a la debacle económica
que es el punto por el que orbitan la mayoría de las expresiones de malestar en
la sociedad argentina. Con una economía que
flaquea los errores se maximizan y los
costos se multiplican. Su banal intento
por recomponer la relación con un tweet que dice “un beso a la matanza, de corazón”
o el subsiguiente que hablaba de como los quería mas ahora que estaba afuera,
no hicieron mas que profundizar y ratificar su particular incoherencia, que
antes llamaba un poco la atención pero podía pasar desapercibido, hasta carismático,
pero ahora en cambio solo se tratan de chistes de mal gusto. Cualquier asesor electoral se hubiera
agarrado la cabeza al escuchar a Cristina pronunciar esa frase, justo la Matanza
el distrito mas poblado del conurbano bonaerense con mas de 1, 200,000
habitantes. Otra cosa que me llamo la atención
fue que por twitter y youtube el gobierno publicara la conferencia, quizás como
una estrategia de minimizar el hecho y decir “acá no hubo nada raro”. Sus intentos de disciplinar a los estudiantes
que preguntaban, al borde de humillarlos, parece una estrategia interesante si
su objetivo era dificultarles la repregunta.
No había lugar para estas principalmente porque cuando el estudiante
atinaba a comentar algo Cristina enseguida se interponía con habilidad. Yo diría que eso muestra su terror a la
contraparte, pero su decisión de dar 2 preguntas mas de las ya establecidas me
hizo creer que ya tenía poco perder, y solo quedaba timbear sus últimos pesos
en la ruleta de las preguntas.
Pareciera que se estuviera acelerando el desgaste de gestión
quizás por el abuso de la cadena nacional, o de las restricciones, o cierto
contagio de malestar social, o los traspiés o contradicciones habituales. El profundo enojo en ciertos sectores de la
capital y otros puntos del país, los escraches, y la ultima manifestación de
esta irritabilidad en las preguntas incisivas de los chicos de Harvard no hacen
otra cosa que evidenciar una contrarespuesta a un modelo que desde un principio
se ha caracterizado por dividir a la población.
El peligro de estas estrategias que ya tenés de entrada un importante
sector que se va a oponer con énfasis a todo lo que hagas y digas, y tendrás
que procurar mantener el apoyo en el sector afiliado, e intentar avanzar sobre
los neutrales. Creo esto ultimo lo hizo
y se pudo observar en las ultimas elecciones, la gente sin saber a quien votar
se inclinaba por Cristina. Ahora bien, el sector que siempre estuvo en contra,
sigue en contra pero ahora lo hace mas evidente, y los que apoyaban pero hasta ahí
están distanciándose, y lo que puede ser aun mas alarmante seria que en los próximos
meses los que estuvieron siempre y de entrada comiencen a dudar. Eso se verá en las internas políticas, porque
las políticas astutas en detectar el ánimo popular se adelantarán a los hechos,
a veces hasta de manera involuntaria.
El gobierno no tiene
vuelta atrás, su rumbo ya esta prefijado y no tienen alternativas de
cambio. Quizás un gobierno mas moderado tendría
mayor posibilidad de recomponer las cosas, seria mas creíble y habría un mayor
grado de compasión pero en este caso el gobierno ha dado demasiados síntomas de
permanente intransigencia, de redoblar
la apuesta siempre que estuvo acorralado y de constantes incoherencias que
habilitaban una tímida desconfianza que ahora se verá incrementada . A veces salió
“ganando” a veces no...(Entre comillas porque habría que analizar si gano
realmente o solo se trato de una perdida al largo plazo). Hace unos días escuchaba a Steve Jobs decir
una frase de uno de sus socios en Apple que le dijo “mi función en Apple es
comandar un barco, con un agujero en la base, hacia su mejor destino”. Solo les queda apaciguar el descontento sin
grandes expectativas y procurar
terminar, como debe ser, la gestión por la cual fueron encomendados.